Vela por mí tú que estableces la justicia. (Salmo 7:7)
El título de este salmo
nos indica que fue escrito debido a un tal Kus de la tribu de Benjamín.
Dado el tono del mismo podemos suponer que se redactó en relación a los
episodios relacionados con la rebelión de Absalón, el hijo de David.
Todo parece indicar que la tribu de Benjamín, de la que procedía el
anterior rey, Saúl, tenía asuntos pendientes con el rey y aprovechó el
golpe de estado para sacarlos a relucir; recordemos el caso de
otro benjaminita, Simeí, quien maldijo públicamente a David cuando este
huía de su hijo el golpista Absalón. El contexto del salmo nos indica
que David, como sucedió en el caso de Simeí, no actuó directa y
abiertamente contra aquellos que le vituperaban y desacreditaban, sino
que proclamó su inocencia delante del Señor y espero que fuera Él quien
le reivindicara.
Para mí este es un
principio espiritual de primer orden que me indica las pautas para
actuar cuando mi nombre o mi ministerio es cuestionado, criticado y
vituperado. La lectura del salmo me muestra esas pautas que usó el
salmista y que me sirven de guía para mi propia actuación. En primer
lugar, reconoció el carácter del Señor como Dios justo; esto
es importante porque puedo esperar de Él, sin duda a su tiempo, una
intervención justa en mi causa. En segundo lugar, el salmista tuvo la
suficiente honestidad para hacer un auto-examen de su propia vida y
tratar de descubrir si había algo de verdad en las acusaciones que
recibía. Finalmente, David dejó su reivindicación en manos del
Señor, consciente de que Él cuidaría de la misma como así fue.
He aprendido que mi
credibilidad y mi reputación están en las manos del Señor; que cuando
recibo crítica debo ser lo suficientemente honesto para examinar y
valorar aquello que se dice de mí, incluso rectificar si es preciso;
pero, en definitiva, he tomado la decisión que será el Señor quien, si
es necesario y en su debido tiempo, reivindicará, cuidará y limpiará mi
nombre. No moveré un dedo por hacerlo yo mismo.
¿Cómo
reaccionas cuando eres criticado o vituperado? ¿Cómo pueden ayudarte
estos dos pasos: examinar lo que se dice de ti y dejar tu reputación en
las manos del Señor? ¿Existe alguna situación específica en la que
puedas aplicar hoy y aquí estos principios?
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